jueves, 30 de agosto de 2007

La noche de tus sueños

Un verano en la noche de tus sueños
corriendo por los campos al caer de las luces
de alocados hombres, buscando fuegos
en un siglo iluminado por las sombras
de togas marchitas. Quién hubiera pensado que la luz se encontraba a solas
esperando en estos ojos.

Las hojas caen en un crepúsculo de árboles torcidos por su propio deseo;
fugas bailando hacia un sol tan distante.
Quién hubiera dicho, y sin embargo lo creo,
que habría de encontrar la luz en estos ojos

Un lugar en la tormenta, una sombra al caer del relámpago,
no un cobijo, un empujón de temeraria esperanza
un horizonte en la huída, quizás, una mirada de firme abrazo
y estos ojos, de luminosa templanza,
unos pies, corriendo sin más rumbo
que el hambre de tu carne, en el fuego de estos ojos,
ardiendo
en la noche de tus sueños.