martes, 11 de diciembre de 2007

El payaso encogido

La sala, inmensa, como un frío corredor del deseo, en la noche de una luz perdida en la distancia. Pituco, irrumpe en escena. El color, rojo, como roja es la sangre del corazón herido, como rojas son las tripas golpeando contra la pálida muerte. Una primera mueca de tímida sonrisa; su ternura vencerá al mundo. Alza la mirada, catorce ojos y Pituco se encoge, se hace pequeño. "Un clown siempre tiene que ser grande, ha de comerse a su audiencia, porque no hay un personaje más vulnerable", decían. Pituco sale corriendo, y no se explica cómo, por qué, se quedó pequeño y desnudo. Hoy el mundo ha vencido y Pituco ya entiende. Había que desearlo. Las tripas golpeando, siempre golpeando contra cualquier cosa que se resista a seguir viviendo. Se me había olvidado.

Os dejo una canción de Sabina en la Jukebox. Gracias Miguel por esa entrada tan preciosa de tu blog http://http://beast-is-inside.blogspot.com/ que hoy ha resultado ser tan elocuente.

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