jueves, 22 de mayo de 2008

Londres, cuatro de la mañana.

Me he desvelado. Hacía tiempo que no estaba despierto a estas horas. Aquí en Londres son las cuatro y veinte de la madrugada. Está ameneciendo. No hay una sola nube en el cielo y los pájaros están cantando como si fueran una legión. No quiero ni imaginarme a qué hora puede amanecer dentro de un mes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Somos dos los que no podemos dormir esta noche.. aquí en Buenos Aires son casi las siete, no ha amanecido aún y cada vez tardará más en hacerlo. A través del cristal húmedo de mi ventana yo sí que veo nubes, y un viento que da miedo. La ventana está cerrada, que es lo mismo que mandar callar a los pájaros que despierten ahora.